¿El coche compartido es realmente útil para el cambio climático?

¿Quién no ha oído hablar de la app Blablacar? ¿Y del carsharing? Dicho de otra manera y sin anglicismos: compartir coche para trayectos de corta, media y larga distancia. Esta forma de viajar está cada vez más de moda, sobre todo teniendo en cuenta lo positiva que dicen que es para luchar contra el cambio climático. 

 

¿Qué es el carsharing o el coche compartido y a qué se debe su éxito?

El carsharing o coche compartido es una forma de desplazamiento en vehículo a motor, normalmente turismo o furgoneta, basado en un intercambio entre usuarios. En otras palabras: es un modelo de alquiler de automóviles en el que el usuario renta el vehículo durante cortos períodos de tiempo, habitualmente por una hora.

El alquiler no tiene por qué hacerlo a una empresa externa y especializada en alquiler de hecho, al contrario: se suele llevar a cabo entre los propios usuarios privados y particulares. De esta manera, el conductor pone su coche a disposición de varios pasajeros, quienes reservan su asiento en el vehículo y viajan juntos hasta determinado punto de la trayectoria que recorre el coche. 

En países como Alemania o Francia, esta forma de desplazamiento en coche lleva arraigada muchos años. En España, en cambio, fue hace aproximadamente unos 9 o 10 años que los ciudadanos empezaron a moverse de esta forma, sobre todo para desplazamientos hacia ciudades grandes como Madrid o Barcelona. 

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¿Qué pros ofrece compartir coche para luchar contra el cambio climático?

La respuesta al titular de este artículo es un rotundo sí. Por supuesto que el hábito del coche compartido resulta útil para ir contra el cambio climático e incorpora un cambio de paradigma respecto a la movilidad y al uso de vehículos por parte de la población. 

En definitiva, menos es más y sobre todo si se hace referencia a todo lo vinculante con la contaminación y el uso de maquinaria que la favorecen. Dicho esto, los puntos positivos y concretos del carsharing a favor de la sostenibilidad son los siguientes:

  • Menos coches en las ciudades: al compartir vehículo, muchas personas no se ven con la obligación ni con la necesidad de comprarlo para poder desplazarse. Esto hace que las ciudades disminuyan su contaminación tanto espacial como ambiental, permitiendo que la movilidad a pie sea una realidad más factible. 
  • Mayor movilidad y menor contaminación: vinculado con el punto anterior y como ya se ha mencionado, al haber menos coches, los ciudadanos pueden moverse andando con mayor facilidad e incluso los coches que habitan en las urbes, también pueden desplazarse sin tanto obstáculo y en un menor lapso de tiempo. Estas dos opciones ofrecen una mayor optimización del tiempo y de los recursos, haciendo que los coches no emitan tantos gases contaminantes.
  • Ahorro económico para conductor y pasajeros: el carsharing también permite que los individuos ahorren dinero. Por una parte, el conductor del vehículo comparte no sólo su coche, también los gastos relacionados con el carburante. Y respecto a los pasajeros, estos son capaces de ahorrar dinero puesto que el carsharing tiene una oferta mucho más económica que algunas opciones de transporte público. Tampoco se puede dejar de lado el ahorro respecto a la compra de un coche, algo que queda fuera de la ecuación. 

 

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