El almacenamiento energético se ha convertido en un pilar fundamental para la transición energética en España, facilitando la integración de fuentes renovables y mejorando la fiabilidad y eficiencia del sistema eléctrico.
Este artículo explora el marco regulador que sostiene el almacenamiento industrial de energía en España, destacando su estructura, tecnologías involucradas, incentivos, y el impacto ambiental asociado.
Marco legal y política energética
En España, el marco legal que rige la transición energética y la descarbonización de la economía se compone de varias leyes y estrategias clave, diseñadas para abordar tanto los desafíos del cambio climático como las oportunidades económicas y sociales que ofrece esta transición. A continuación, se detallan las principales piezas legislativas y estratégicas que constituyen este marco:
- Ley de cambio climático y transición energética: Esta ley proporciona el marco normativo e institucional necesario para facilitar la progresiva adecuación de España a las exigencias del cambio climático, orientando y facilitando la descarbonización de la economía española hacia 2050.
- Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC): Define los objetivos de España en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, aumento de la penetración de energías renovables y mejora de la eficiencia energética.
- Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030: Este plan es el instrumento básico para promover una acción coordinada frente a los efectos del cambio climático en España, buscando evitar o reducir los daños presentes y futuros derivados del cambio climático.
- Estrategia de transición justa: Identifica y adopta medidas que garanticen un tratamiento equitativo y solidario para los trabajadores y territorios afectados por la transición hacia una economía baja en carbono, evitando impactos negativos sobre el empleo y la despoblación.
- Estrategia de descarbonización a largo plazo: Establece el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 90% respecto a los niveles de 1990 para el año 2050, lo que implica una reducción significativa de las emisiones de CO2.
Entidades reguladoras
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico son las principales entidades reguladoras.
Supervisan la implementación de las políticas y regulaciones, asegurando que las actividades de almacenamiento contribuyan a la estabilidad y sostenibilidad del sistema energético.
Tecnologías involucradas
España ha apostado por una diversidad de tecnologías de almacenamiento, incluyendo baterías de ion-litio, sistemas de almacenamiento por bombeo, y soluciones basadas en hidrógeno.
Estas tecnologías son esenciales para gestionar la variabilidad de las fuentes renovables y asegurar un suministro energético constante y fiable.
Incentivos y subvenciones
En España, existen varios incentivos y subvenciones dirigidos a fomentar el desarrollo y la implementación de proyectos de almacenamiento energético. Estos incentivos se enmarcan principalmente en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea a través de NextGenerationEU, y se destinan a apoyar la transición energética hacia una economía más sostenible y baja en carbono. A continuación, se destacan algunas de las iniciativas más relevantes:
- Orden TED/807/2023: Aprobada el 17 de julio, establece las bases reguladoras para la concesión de ayudas a proyectos innovadores de almacenamiento energético. Este esfuerzo busca impulsar el desarrollo tecnológico y la implementación de soluciones de almacenamiento energético que contribuyan a la eficiencia y sostenibilidad del sistema energético español.
- Real Decreto 477/2021: Aprobado el 29 de junio de 2021 por el Consejo de Ministros, este decreto regula la concesión directa de ayudas a las comunidades autónomas y a las ciudades de Ceuta y Melilla para ejecutar programas de incentivos ligados al autoconsumo y al almacenamiento energético. Esta medida promueve la adopción de sistemas de almacenamiento en combinación con instalaciones de autoconsumo, mejorando la integración de energías renovables y la autonomía energética.
Estas iniciativas reflejan el compromiso del gobierno español con la promoción de tecnologías de almacenamiento energético como elemento clave para avanzar hacia un sistema energético más flexible, resiliente y descarbonizado.
Retos y oportunidades
A pesar de los avances, el sector enfrenta desafíos como la necesidad de mejorar las tecnologías de almacenamiento y adaptar la infraestructura existente. Sin embargo, estas dificultades representan también oportunidades para innovar y desarrollar soluciones más eficientes y sostenibles.
Ejemplos y casos de éxito
En España, el almacenamiento energético está experimentando un crecimiento significativo, con proyectos que destacan tanto por su número como por su capacidad.
España lidera en Europa, junto con Alemania, en términos de sistemas de almacenamiento de energía, con alrededor de 20 gigavatios de potencia.
Entre los ejemplos notables, se incluyen seis proyectos distribuidos por Teruel, Zaragoza, Valencia, Gerona, Granada, y Sevilla, sumando más de 7.500 megavatios de potencia.
Estos proyectos son parte de un esfuerzo más amplio para alcanzar los 20 gigavatios instalados para 2030 y los 30 gigavatios para 2050.
Además, España se destaca en el almacenamiento de energía térmica en sales fundidas en plantas termosolares, con una capacidad de alrededor de 6,8 gigavatios. Este tipo de almacenamiento se utiliza para generar electricidad a partir de energía termosolar, una fuente renovable que utiliza el calor del sol.
La capacidad instalada en el mercado europeo de almacenamiento de energía en baterías estacionarias también ha visto un crecimiento impresionante, pasando de 0,6 gigavatios hora en 2015 a cerca de 9,4 gigavatios hora en 2022.
